Resumen programa 20 de febrero: La representación de Cristo en la pantalla


Las representaciones iconográficas de Jesús Cristo en el cine nos presentan al menos dos posturas que alternan entre ofrecernos una imagen de Jesús como una versión materializada de la divinidad, es decir que comparte una misma sustancia con aquella entidad conocida como Dios, y un Jesús humano, por ende, imperfecto.
Queda claro que ninguna de estas dos miradas da lugar a Jeshúa de Nazareth, al hombre histórico, del que sabemos realmente muy poco y lo exiguo que se conoce proviene de fuentes poco confiables.
Estas aclaraciones tienen como finalidad intentar dilucidar el interés o fascinación por parte del dispositivo cinematográfico por la construcción de este hombre que por momentos se nos transfigura en un semidios.
Cristo en tanto figura, personaje e ícono posee las cualidades inherentes para convertirse en una estrella, para relegar al hombre y ensalzar lo divino.


En el film Jesucristo Superstar, desde el inicio se nos señala que lo que estamos viendo es una puesta en escena, un artilugio que será llevado a cabo en un escenario verdadero. Tratan de desentrañar a la figura de Jesús trayéndola de regreso a su origen, o mejor dicho transportándonos al lugar en donde todo comenzó. Esta doble intención de reconstruir la imagen de un mito (según el realizador) y emplazarla en un espacio en que el no caben dudas de existencia; genera una tensión, que debilita la delgada frontera que separa a la ficción de aquello que denominamos verdadero. Tensión que no se contenta con circunscribirse al plano espacial, sino que también la traslada al plano temporal. Los objetos pierden su temporalidad y con ella su identidad y utilidad; es como si los vaciara de su contenido simbólico, dejándonos tan sólo con lo superficial de éstos. Reconocemos la diversidad temporal de los elementos, pero no nos parecen incompatibles, debido a que dicha compatibilidad la hemos aceptado desde el momento que el realizador nos dejó ver el proceso por el que se crea la ilusión. La verosimilitud del film se apoya en ese contrato firmado entre el realizador y el espectador, en el que se dan a conocer las reglas del juego; esto es así siempre y cuando entendamos como verosimilitud aquellos que es posible en el universo diegético. Jesucristo en tanto hombre podríamos afirmar que es un verosímil imposible, ya que el mundo en el que él forma parte los hombres ordinarios no podrían realizar muchos de los milagros que se le atribuyen; pero sucede lo contrario con el Jesucristo como ente divino, ya que es la condición de divinidad la que legitima los milagros por él realizados.


Por otra parte el film “The last temtation of Christ” (La última tentación de
Cristo) de Scorsese se basa en una adaptación de una novela que lleva por nombre “La última tentación” de Nikos Kazantzakis. Pero a pesar que la idea original parte de la versión novelesca de los Evangelios hecha por Nikos Kazantzakis, los Evangelios ya de por sí nos conduce a un referente concreto que posee una legitimidad sostenida en su historicidad.

En este film podemos distinguir dos bloques narrativos, pero éstos no resultan de un rompimiento dentro de la estructura del relato sino sobre la base del supuesto conocimiento previo que el espectador posee de la vida de Jesucristo. Por ello, en el primer bloque se entrevé una estrecha relación con los Evangelios pero que difiere de ellos en cuanto nos coloca ante un Jesús que no es distinto al resto de los mortales sino, es un hombre como cualquier otro que posee la potencialidad de ser perfecto. Sin embargo, este poder ser perfecto no se le ofrece a Jesús como un simple paso de un estado a otro, como si la perfección o la imperfección fueran estados absolutos, sino como un proceso de transformación en el que debe superar diferentes pruebas. Hay un segundo bloque que entra en el terreno de las suposiciones, que no necesita utilizar a los Evangelios como una red de protección, ya que el verosímil se construyó en la primera parte del film.

“… La sustancia de Cristo, el anhelo tan humano del hombre, tan sobre humano del hombre por alcanzar a Dios, ha sido siempre un profundo e inescrutable misterio para mí. Mi principal angustia y la fuente de todas mis alegrías y tristezas desde mi juventud, ha sido la incesante batalla entre el espíritu y la carne… y mi alma de arena, donde esos dos ejércitos han chocado y reunido…” Nikos Kazantzakis

En este film, bien plantea Freire en De cine somos, se ponen en tela de juicio dos aspectos esenciales que han hecho del film de Scorsese uno de los más polemizados que versan sobre la vida de Jesús. El primer aspecto tiene que ver con el libre albedrío y Judas es el encargado en poner en sospecha esta máxima que levanta el cristianismo… hay una escena donde Judas le dice a Jesús “si tú fueras yo ¿traicionarías al maestro?, a lo que Jesús responde “no, por eso es que Dios me dio el trabajo más fácil, ser crucificado. Y a ti el más difícil, traicionarme”. Aquí queda clara la idea de predestinación… donde ya estaba decidido de antemano por Dios lo que iba a suceder y ante eso entonces Judas como hombre no decidió nada sino que le fue impuesto… y es aquí donde queda la necesidad de revaluar el concepto de traición.

Este aspecto también lo vemos planteado en Jesucristo Superstar, de Norman Jewison. En este musical Judas, cuando Jesús anuncia en la última cena que será traicionado, le dice en la cara a Jesús: “Eliminemos los dramatismos, Tú sabes quien será (el que lo traicionará)”… aquí ya se insinúa esa idea de un conocimiento a priori de los hechos, la destinación y no la voluntades de hombres. Continúa Judas por si no queda claro: “Tú quisiste que hiciera esto…”, es el remate de lo sugerido porque Judas le echa en cara que es su decisión y no la de él… y la decisión de Jesús si seguimos el concepto cristiano es la decisión en primera y última instancia de Dios Padre. No hay entonces libertad en el acto humano… y Judas reclama al final cuando se arrepiente y va a suicidarse el hecho que él fue un instrumento, fue usado y como todos sabemos los instrumentos no hacen por sí solos sino que hay detrás otra voluntad que lo dirige.

El segundo aspecto que pone en discusión el film de Scorsese es la completa divinidad de Jesús. Al final del film Jesús, colgado ya en la cruz, “sueña” con una vida terrenal donde está casado con María Magdalena, tiene hijos y principalmente goza de los placeres mundanos y humanos incluido el sexo. Hay una sugerencia que dice que Jesús no es hijo de Dios antes que hombre, sino que es hombre antes que hijo de Dios porque su parte humana existe, tiene un cuerpo concreto, y como tal juega un papel tan importante como su condición de hijo de Dios. Jesús como todo hombre deseaba vivir como tal.



La vida de Brian de Monty Python parodia sobre la imagen de Jesùs. Brian es un joven muchacho como caulquier otro que es tomado como mesías al equivocar y tergiversar los seres humanos sus palabras. No sólo hay una crítica cínica a los creyentes representados como fanáticos que veneran cualquier palabra que pronuncia Brian por el simple hecho de sale de sus labios y que se acopian cual ganado sin razonar ni reflexionar lo que realmente dice Brian y los hechos circunantes. También se deja tras un sutil velo esta sensación de que Brian pudo ser Jesús... suqe cualquier hombre pudo ser Jesús y lo interesante es que aquì se deja totamente de lado la naturaleza divina de Cristo para solamente dar lugar a su naturaleza humana.


La idea y la imagen

Mitry en su libro “Estética y psicología del cine 1. Las estructuras” estipula que la idea siempre cristaliza en una imagen, se puede representar un triangulo pero no la triangularidad. Sólo existe imagen de lo concreto y no de lo ineligible.
Esta necesidad de imagen para expresar ideas està claramente ejemplificada en la iconografìa crsitiana. La necesidad de la imagen de cristo se origina puesto que la imagen substrae lo inasible a lo terrenal. Es menester la imagen de Cristo para así poder asirlo tanto a él como a todo lo que viene con él y que reina en el mundo de lo abstracto. Es la puerta terrenal para acceder a lo espiritual.
Y esta necesidad de unir el cielo y la tierra lo encontramos ya en Platón cuando trazó su teoría de los dos mundos: uno el mundo ineligible donde se encontraban las ideas de todas las cosas en su estado más puro y al cual el hombre en tanto que materia imperfecta no puede acceder ni conocer en persona. Y el mundo sensible de la materia donde estaban las copias burdas de esas ideas puras y perfectas. El hombre solo puede tener apenas una noción del mundo de las ideas a través de estas copias que reinan en lo mundano,o sea, a traés de los obetos materiales de este mundo. Las imágenes que perciben nuestros ojos son el acceso desde el cual tomamos contacto con el estado más puro y prístino de la existencia. En la iconografía cristiana las imágenes son utilizadas como un cordón umbilical para que las personas (la materia imperfecta) puedan tener un soslayado contacto al abstracto mundo de Dios Padre, La Trinidad, La resurrección, etc. y así se aproximen más a la espiritualidad que el cuerpo denigra. El concepto del cuerpo como algo sucio e impuro que encontramos en Platón también se halla en la idiosincrasia cristiana. El caso más relevante es respecto al sexo. Esta búsqueda casi obsesiva de castidad, virginidad, ascetismo es una práctica que ya existía en varias sectas y creencias de pueblos milenarios y no sorprende que el cristianismo la haya adoptado. Sin embargo, esto genera una ruptura en la armonía e integridad de la identidad del ser humano puesto que lo divide en su propia interioridad en cuanto humano de cuerpo y aloma. Esta dualidad que es la base esencial de la constitución del ser humano como tal: cuerpo y alma, queda destrozada y el alma se vuelve contra el cuerpo al mismo tiempo que el cuerpo se defiende del alma que lo castiga.

Filmes
The last temptation of Christ (La última tentación de Cristo), Martin Scorsese
Jesus Christ Superstar (Jesucristo superstar), Norman Jewison
Life of Brian (La vida de Brian), Monty Python