Keaton - Chaplin: Por la anarquía de la imagen


"Charles Chaplin es uno de los dioses más seguros de la mitología de nuestro tiempo. Como cineasta, una porquería. Solo La quimera del oro era un lindo film porque estaba defendido de la fealdad por el paisaje de Alaska, con gigantes vestidos de pieles sobre un fondo de nieve. En las demás películas está rodeado de tachos de basura o de escenas lujosas igualmente horribles. Además siempre fue muy vanidoso. Trabajó rodeado de mascotas, no de buenos actores. Siempre quiso ocupar el centro de la escena. Solo a él hay que tenerle lástima. Es un personaje sentimental, los otros no existen. El cine ha progresado y Chaplin ha permanecido tan malo como al principio. Sus fotografías son igualmente espantosas. En cambio, Buster Keaton era un caballero. Sus cintas eran más lindas que las de Chaplin. Keaton era más simpático que Chaplin."

Jorge Luis Borges, Borges y el cine (1974)



“... La tragedia es la vida en primer plano, la comedia la vida en plano general...”.



"... El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto...".




"... La vida no es significado; la vida es deseo...".



"... Todos somos aficionados. La vida es tan corta que no da para más...".



"... La vida es una obra de teatro que no permite ensayos...Por eso,canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida...antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos...".

"... El auténtico creador desdeña la técnica entendida como un fin y no como un medio...".
Charles Chaplin



“...Conozco múltiples formas de mostrar que estoy contento, pero ninguna de ellas es la sonrisa...”.


Buster keaton

“… El realismo dramático estricto nunca fue el único modelo disponible, ni siquiera el cine mayoritario. Películas como las parodias de Keaton hizo de Griffith (The Three Ages, 1923 y del western (Go west, 1925), así como las cintas más irrelevantes de Chaplin y algunas películas de los Hermanos Marx se inscriben en una tradición antirrealista específica del cine cuyas raíces se encuentran en la intertextualidad popular de las ferias, el vodevil y el género burlesco. La anarquía desencadenada de la que se nutren El conflicto de los Marx (Animal Crakers, 1930) y Pistolero de agua dulce (Monkey Business, 1931) desembocó –lo dice Antonin Artuad- en una desintegración esencial de lo real por obra de la poesía…”

Robert Stam.- Teorías del cine, en La búsqueda de una estética alternativa, pág 186.