En la mayoría de las producciones audiovisuales hechas para el cine, tienen ese algo mágico que se llama movimiento, es decir ese sin fin de alteraciones singulares a las que la imagen se ve impuestas tanto por su creador como por la persona por la que es contemplada.
Más allá de los casos en el que el relato se sustenta en imágines inmóviles (fotos) como es el caso de La Jetée de Chris Marker que es un foto romance; en donde claramente se percibe la doble coerción que la imagen sufre en manos del realizador y del espectador.
Hay una anécdota sobre una fotografía de Robert Avedon, en la que se ve de espaldas a un violinista tocando. Al fotógrafo le llamo la atención el tiempo de contemplación que el hombre le dedicaba a esa foto; a la que otros pasaban sin detenerse. Avedon sintió curiosidad por saber qué era realmente lo que este hombre percibía en la foto; y éste le contesto si no oye la música, musicalidad evocada por esa imagen inmóvil.
La utilización narrativa de la ruptura espacio-tiempo en el relato clásico es el elemento primordial en estos films seleccionados. En Memento la imposibilidad del protagonista, leonard, de fabricar nuevos recuerdos (memoria a corto plazo) permite la construcción de la historia en retroceso en escenas que duran lo msimo que los recuerdos que va teniendo y borrando dicho personaje.
Hace un año en Mariembad convive el recuerdo y la narración de ese recuerdo en simultáneo, borra el concepto de pasado-presente-futuro... la noción temporal queda suspendida en un eterno continuo...
Films
Hace un año en Marienbad, Alain Resnais
La jeteé, Chris Marker
21 Gramos, Alejandro González Iñárritu
Memento, Christopher Nolan