Reflexiones sobre la transposición del comic a la pantalla

Probablemente la figura retórica de la transposición, es decir esa alteración natural que sufre un texto al pasar de un soporte a otro; sea de vital importancia a la hora analizar las obras audiovisuales. Esto se debe sobre todo a dos factores, uno de ellos es el avance tecnológico en los dispositivos mass- mediático gracias a los cuales se dificulta establecer delimitaciones claras entre soportes. Sobre todo teniendo en cuenta que en la actualidad asistimos a una hibridación a nivel tecnológico como de lenguaje en la que es habitual observar como el cine toma prestados de otros dispositivos como los videos juegos y viceversa. El segundo factor esta vinculado con el verosímil, con aquello que hace posible el mundo representado. El verosímil no es más que el resultado de un acuerdo tácito entre el creador y el receptor de una obra o producción textual, cuyo carácter dinámico posibilita que ambas figuras sean intercambiables, en sentido que el receptor es a su vez un creador o un co-creador de aquello que esta viendo (en el caso de un texto audiovisual), no es un sujeto pasivo frente a la obra, sino que se involucra en ella.




Los dispositivos culturales de masas como la historieta o el cine han sido desde sus comienzos hacedores de mundos virtuales, en las que un hombre común y corriente deviene en un superhéroe. Este devenir está sostenido por la impresión de realidad que dichos dispositivos mantienen con el mundo real. Obviamente esta realidad se encuentra avalada por el verosímil, que no es otra cosa que ese acuerdo tácito entre creador/ realizador y quien recibe dicha creación. Es gracias a dicho acuerdo que disfrutamos de la obra, y, además de hacer posible la existencia de esos hombres extraordinarios dentro de un universo que al mismo tiempo que los crea los rechaza. El verosímil surge de esta tensión, que nos habilita a considerar como posible lo imposible, siempre y cuando estén dadas las leyes y condiciones que convaliden a dicho verosímil. Por dicho motivo podemos hablar de verosímiles imposibles como de posibles inverosímiles; a modo de ejemplo de lo segundo podemos referirnos a superman como a un sujeto que posee una doble naturaleza que nos permite justificar el hecho de tener una figura similar a la humana al mismo tiempo de contar con una fuerza sobrehumana producto de su naturaleza alienígena.

Resulta más que interesante rescatar el caso de la transposición del comic “American splendor” al film del mismo nombre, basados en la vida de un hombre común y sin logros. La originalidad del comic descansa en la negación de crear un superhéroe, un alter ego que sea capaz de realizar lo imposible. Sin embargo esta negación Harvey Pekar no la resuelve de manera simplista a través de la figura del antihéroe; porque no rechaza los valores éticos del héroe simplemente hace evidente lo difícil que es sostener dichos valores, cuando se es un empleado de un hospital público. La relación entre el mundo de ficción y el real conviven sin saber bien cuando empieza uno y termina el otro. Es precisamente la permeabilización entre estas fronteras que hacen de este comic un producto original. El realizador del film era consiente también de ello; y por dicho motivo nos propone dos registros diferentes conviviendo simultaneamente en el mismo film, estos son: el documental y de la ficción. Estos dos registros a su vez interaccionan en dos binomios: por un lado lo documental se confunde con lo biográfico, y, en lo referente a lo ficcional se entremezclan recursos inherentes al comic con otros que son cinematográficos. Obviamente entre estos dos dispositivos se encuentran enlazados por lo que Tom Guning por el concepto denominado pseudomorfo perteneciente a las ciencias naturales, y, que le propio Guning se lo apropio para explicar ciertos fenómenos cinematográficos: “…En las ciencias naturales existe el concepto de lo pseudomorfo, que se refiere a un fenómeno que se parece a otro fenómeno - mineral o vegetal - sin que estén realmente emparentados. La relación entre un paradigma pseudomórfico y otro auténtico es la de uno falso con su original: un engaño superficial, escondiendo un número de diferencias internas, una atractiva apariencia de afinidad que disimula una discontinuidad básica en género y especie…”.


Esta clase de relación es lo que nos permite caer en la trampa en la que las viñetas del comic se confunden con los límites de la pantalla cinematográfica. Y es gracias a esa misma confusión la que abre la puerta para que el Harvey Pekar del comic interactuara con su doble (Paul Giamatti) en el film y éste último a su vez lo haga con el sujeto real.
En American spelndor la ficción se caricaturiza en un sentido literal; como espectadores asistimos a este proceso que se lleva acabo mediante a la hibridación del espacio del comic con el del set filmación , o, a través de la incrustación caruturizada de Harvey Pekar en el espacio cinematográfico como una suerte de voz interior materializada por los trazos del lápiz.
Es curioso como la transposición entre dispositivos mass mediáticos se producen por medio de vínculos de solidaridad entre los distintos soportes; pero en cambio cuesta observar este tipo de vínculos entre el film y la literatura; no es que no haya transposición en este caso (existen numerosos ejemplos Don Quijote, Dr. Zhivago, etc.) pero la transposición parece ser una vía de una sola mano, ya que no existen casos de un film devenido en literatura.